Misión Sucre da inicio al registro de estudiantes activos de la Misión en sus 24 Programas de Formación y cursantes del Trayecto Inicial, con la creación del Sistema Unificado de Captación y Registro Estudiantil (SUCRE), cuya finalidad es estructurar la base de datos que sustenta toda la información que permitirá mejorar y desarrollar nuevas estrategias y políticas de estudio que impulsen el nuevo modelo social, productivo, humanista y endógeno a implementarse en la Misión Sucre.
ES DE VITAL IMPORTANCIA ABRIR LAS COMPUERTAS DE LA MISIÓN SUCRE, A TODOS LOS JÓVENES DESOCUPADOS DEL MUNICIPIO PIAR PARA INSCRIBIRSE EN LA UNIVERSIDAD QUE LES PERMITE EL CRECIMIENTO ACADÉMICO Y ÉSTOS A SU VEZ CONTRIBUYAN CON EL IMPULSO CULTURAL DEL PAÍS
DEBEMOS IMPULSAR LA MISIÓN SUCRE, QUE LES PERMITAN A LOS PIARENSES HACER USO DEL CONOCIMIENTO Y ACCEDER A LA INFORMACIÓN NECESARIA QUE LES DE UN OFICIO, ESTAMOS ENTRANDO EN UNA ETAPA EN LA QUE SUPERAMOS LA MASIFICACIÓN Y DEBEMOS UTILIZAR LOS MEDIOS PARA LA CAPTACIÓN DE LOS JÓVENES PARA PRIVILEGIARLOS CON UNA BUENA ENSEÑANZA.
LA EDUCACIÓN SE SECTORIZARÁ Y ÉSTE SE PREPARARÁ CERCA DE SU VIVIENDA SIN PAGAR TRANSPORTE Y TENDRÁ SU ALIMENTO QUE LES PROVEERÁN EN SU HOGAR.
LO IMPORTANTE ES UNIR VOLUNTADES Y DAR GARANTIAS DE ESTUDIOS A TODOS LOS SERES HUMANOS.
El presidente de la Misión Sucre, David Silva Prades, informó que desde el año 2004 a la fecha han sido atendidos, entre egresados y estudiantes regulares, un total de 620.695 personas.
De ese total, indicó que en la actualidad 307.279 personas cursan algunos de los 26 programas nacionales de formación, mientras que desde el 2009 han egresado 266.959 estudiantes.
Además, 47.000 personas acaban de ingresar al Trayecto Inicial, que es un curso introductorio que dura 3 meses, agregó.
Con respecto al histórico de egresados de Medicina Integral Comunitaria a la fecha van 14.293, al tiempo que producto del Convenio Cuba-Venezuela se han graduado 875 personas en estudios de maestría.
Y, en consonancia con los principios de igualdad social, en Sucre también se forman 1.600 privados de libertad de diversos centros penitenciarios del país.
“Una de las cosas que se quiere hacer es fortalecer el acercamiento a los procesos sociales en los centros penitenciarios, como un medio para dignificar al ser humano que está privado de libertad y, al mismo tiempo, contribuir a la superación de las situaciones de violencia y de desigualdad de los cuales proviene la delincuencia”, explicó Silva Prades.
Asimismo, otro ejemplo de inclusión lo representan los pueblos originarios del país, que también están registrados en la Misión Sucre. En total, son 16.320 estudiantes indígenas, provenientes de distintas etnias de los estados Zulia, Bolívar, Delta Amacuro y Amazonas, los que están inscritos en el mencionado programa de educación universitaria.
Las cifras anteriores dan cuenta de un pujante plan que día con día suma más conocimiento para el pueblo venezolano. En palabras de la máxima autoridad del ente “el reto de ahora en adelante es convertir a la Misión en el sistema ideal para la formación universitaria. Es hacer que todo venezolano esté conectado con un sistema de formación que le permite conocer los problemas que hay en la comunidad, reconocerse en ellos y aprender a valorar su entorno. Esa es la verdadera calidad en la educación universitaria”.
No en vano, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), Venezuela ocupa el quinto lugar en el mundo y el segundo en América Latina en materia de matrícula estudiantil.
El pasado 16 de junio el presidente de la República, Nicolás Maduro, puntualizó que Venezuela dedica actualmente 7% de los recursos del Estado a la educación.
“Antes de 1999 se llegaba a duras penas a 3.9%. Hoy Venezuela rompe récord en lo que dedica a la educación”, subrayó.
Sistema de becas
La Misión Sucre trabaja en el desarrollo de una reasignación de becas, tras los recursos aprobados por Maduro, quien aumentó desde mayo la asignación por concepto de becas. Así, la ajustó de Bs. 400 a 600, a escala nacional.
Ese ajuste decidido por el Jefe de Estado también incide positivamente en los cursantes de Medicina Integral Comunitaria, expresó Silva Prades.
En ese sentido, explicó que los estudiantes de 1º a 4º año que antes percibían Bs. 700 ahora reciben 1.000, mientras que los de 5º a 6º año que solían recibir Bs. 1.200 en la actualidad obtienen 1.500.
“Actualmente, tenemos 25.000 becarios. Vamos a reasignar entre septiembre y octubre 10.000 para llegar a los 35.000 ciudadanos. Y entre octubre y noviembre 20.000 becas más que nos llevará a 55.000 becarios en la Misión Sucre”, detalló el presidente de la mencionada Misión.
Requisitos de ingreso
Ser bachiller y desear estudiar alguna carrera universitaria contemplada en el sistema son los dos únicos requisitos exigidos por la Misión Sucre para el ingreso al aula de clases.
Guiada bajo el principio de “la educación a lo largo de toda la vida” no existe una edad para la cual estudiar en la universidad y así lo establece la Misión Sucre, abierta para que toda persona ejerza su derecho a la educación, en cualquier momento de su vida.
“El ingreso es absolutamente libre. Hay dos momentos de inscripción al año, cuando se abre la oferta en todos los municipios del país y tiene que ver con las potencialidades de la localidad y, al mismo tiempo, la consideración de la demanda que hay para los distintos programas. En cada municipio se abre una oferta, se inscriben los estudiantes y después cursan lo que es el llamado Trayecto Inicial, que es de tres meses. De allí se distribuyen hacia los programas nacionales de formación”, dijo Silva Prades.
Desarrollo educativo alternativo
La Misión Sucre diseñó la masificación de la educación universitaria a través de la llamada municipalización, que funciona así: La Misión tiene la tarea de habilitar y/o construir espacios en las localidades con menos opciones de acceso al sistema universitario, lo cual es denominado Aldea universitaria (ámbito local de desarrollo educativo alternativo).
En la actualidad, en el país funcionan 1.236 aldeas ubicadas en escuelas, liceos, cuarteles y otros espacios. 72 han sido construidas por el Ejecutivo y 19 están en construcción, “para permitir el ejercicio del poder popular, el empoderamiento del pueblo, la constitución de las comunas. Quien está estudiando en la universidad es el pueblo mismo”, agregó.
Los que cursen estudios en estas aldeas desarrollan su carreras y obtienen su título, a través de los programas de formación que la Misión oferta mediante los convenios que ha firmado con 20 universidades de todo el país, cuyo eje vertebrador es la pertinencia social local.
“Si estamos adquiriendo saberes específicos que permiten resolver problemas que existen sólo en otros lugares del mundo, esos saberes no son pertinentes, porque la persona no es capaz de resolver ningún problema en su propio país. La Misión tiene un eje sobre el cual gira la formación que es la formulación de los proyectos que están vinculados a la solución de los problemas que están en la comunidad”, sostuvo Silva Prades, quien cursó su doctorado en Ciencias Pedagógicas, gracias al convenio Cuba-Venezuela.
Indicó que el objetivo de la Misión no es solamente capacitar profesionales para que ejerzan una función dentro de una empresa, “sino que queremos profesionales que estén al servicio de la patria, de la comunidad, con capacidad para formular proyectos dentro de su propio contexto histórico”.
“Chávez nos devolvió las ganas de luchar”
A finales de 2006 el presidente Hugo Chávez asistió al acto de graduación de la primera cohorte de la Misión Ribas. Allí estaba radiante, feliz y orgullosa de sí misma Iris Lander, quien en la IV República, por razones económicas, no pudo finalizar sus estudios de bachillerato y dejó a mitad de camino ese trayecto educativo.
Hasta la llegada de la revolución bolivariana no contaba con un título de bachiller y, por tanto, no calificaba para cursar alguna carrera universitaria. Un día supo de la Misión Ribas, programa educativo que garantiza la culminación de los estudios desde la tercera etapa del nivel de educación básica, hasta el nivel de educación media diversificada y profesional, se inscribió y alcanzó ese triunfo.
Luego, diploma en mano, acudió al llamado de Chávez de censarse para optar por una carrera universitaria en la para entonces naciente Misión Sucre. Comenzó a sus 45 años y cuatros años después obtuvo un segundo diploma que la acredita, desde entonces, como profesional de la comunicación.
“Me siento sumamente agradecida con el comandante Chávez por habernos devuelto la dignidad, porque en este país el que no tenía un nivel educativo era maltratado socialmente. Entonces que Hugo Chávez nos diera la oportunidad de estudiar es maravilloso. Nos devolvió la vida, las ganas de luchar, y de creer en un Estado que realmente atiende a sus ciudadanos”, relata Lander, hoy profesional y madre de dos hijos.
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